Desde Fundación GEP repudiamos los dichos del presidente brasileño, Jair Bolsonaro que en el día de ayer sostuvo: “Una persona con VIH, además del grave problema para ellos, es un gasto para todos en Brasil».

Con esas afirmaciones Bolsonaro refuerza el estigma, la discriminación y cosifica a las personas con VIH en el país. Además, desconoce las políticas públicas que el Estado brasileño lleva adelante hace más de dos décadas en pos de defender el derecho humano a la salud. Brasil es una referencia en materia de políticas públicas para la salud para todos los países de América Latina.

La propuesta de Bolsonaro para dar respuesta al VIH en el país sería la “abstinencia” sexual. Pero estas declaraciones no se dan de manera aislada, sino que están en sintonía con la demanda que presentaron los grandes empresarios brasileños ante el Tribunal Federal Supremo el pasado 31 de enero, para revocar la norma laboral que prohíbe el despido de las personas con VIH de sus fuentes de trabajo.

Una vez más, las declaraciones de Bolsonaro están cargadas de odio, violan los derechos humanos y defienden los intereses de la derecha latinoamericana y el capital financiero internacional.

“Es probable que en dos días el presidente intente nuevamente ‘despreciar’ a esta nación, destilando odio e ignorancia contra la causa negra, indígena o feminista. Bolsonaro ha liderado un gobierno que ignora diariamente los derechos humanos fundamentales de todas las personas y ahora ataca a las personas con VIH/SIDA sin considerar que la respuesta a la epidemia solo ha tenido éxito en la medida en que ha producido solidaridad y justicia social”, sostienen nuestrxs colegas brasileñxs de la Asociación Brasilera Interdisciplinar de Sida  y el Grupo de Trabajo sobre Propiedad Intelectual (ABIA/GTPI) en su comunicado de repudio.

La Política Nacional de Medicamentos brasileña impulsada en 1998 garantiza, desde hace más de veinte años, el acceso a medicamentos a toda la población con una política de promoción y cuidado. Desde 1999 existe una política nacional de medicamentos genéricos que, además, busca fortalecer la producción nacional haciendo frente al poder de los monopolios de las farmacéuticas transnacionales. “Lograron discutir precios sin prescindir calidad y garantizando el acceso para todxs, con aportes de producción local. Brasil está dentro de los primeros diez países del mundo que producen medicamentos genéricos”, dijo Lorena Di Giano, Directora Ejecutiva de Fundación GEP.

«En Brasil hay casi un millón de personas diagnosticadas con VIH y se estima que 135 mil con el virus y no lo saben. Sostener que todas esas personas son un gasto y dejarlas sin tratamiento sería un verdadero genocidio», dijo José María Di Bello, presidente de Fundación GEP .

Hace años que Brasil lleva adelante una política de salud a nivel nacional, desarrolla políticas públicas y defiende el derecho humano a la salud de su población. Las políticas públicas nunca son un gasto, son inversión en futuro.